Cuba es un país con una riqueza cultural fascinante; y eso incluye sin duda su gastronomía. Sus platos surgen de la suma entre las costumbres taínas, la cocina española, la africana y la del Caribe. Los cocineros cubanos combinan especias y técnicas heredadas dándole así un sabor y unos matices a sus platos extraordinarios.
Gracias al clima de la isla de Cuba, la naturaleza tiene un aspecto exuberante (lo que se traduce en una amplitud de materias primas muy relevante). Los locales basaron su dieta en productos de origen vegetal como la yuca, el ají, el boniato o el maíz y en frutas como el manatí, la guayaba o la piña, entre otros.
Aunque en los inicios de la historia la alimentación estuviera basada en tubérculos y frutos, con la llegada de españoles a la isla se introdujeron con mucha facilidad las legumbres y arroces; una tradición que perdura hasta nuestros días.
La historia ha hecho de las suyas y, por tanto, aunque a día de hoy continuan elaborándose recetas de lo más tradicionales, la cocina de vanguardia también ha querido hacer un homenaje a las raíces cubanas.